FAO y We Effect presentan experiencias y avances en desarrollo rural

Representantes del Comité Campesino del Altiplano (CCDA), la Federación Integral de Comercialización de Cooperativas de Ixcán, Responsabilidad Limitada (FICCI R.L.), la Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes (ASOCUCH) y de la Federación de Cooperativas de las Verapaces (FEDECOVERA) dieron ayer el 23 de noviembre a conocer sus experiencias como modelos alternativos para el impulso de desarrollo rural integral documentados en la publicación “Sistematización de experiencias de cuatro organizaciones de productores en desarrollo productivo, gestión del territorio y manejo sostenible de bosques y fincas” [1], generada a raíz de un trabajo colaborativo entre la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y We Effect.

El documento revela que la asociatividad y la gestión del territorio con enfoque de sostenibilidad son puntos clave para el éxito de las cuatro asociaciones. Los cuatro modelos contemplan aspectos empresariales, económicos y políticos.

La sistematización de estos modelos productivos persigue rescatar las fortalezas para que otras asociaciones puedan tomar las buenas prácticas documentadas y adoptarlas para sí mismas. También persigue la identificación de lineamientos de trabajo que puedan generar políticas públicas. Organizaciones como las presentadas en la sistematización pueden contribuir a la implementación de políticas públicas, como sería el caso de la Política Nacional de Desarrollo Rural (PNDRI).

El quehacer de estas cuatro organizaciones de tercer nivel, en las que están vinculadas 70,000 familias que las integran, tiene como objetivo principal la mejora de las condiciones de vida de sus asociados y miembros.

La exportación de madera, café, cacao, cardamomo orgánico, miel y macadamia, así como los servicios financieros (créditos, becas, turismo, asesorías contables, entre otras) son algunas de las  actividades productivas a las que se dedican y con ello contribuyen a dinamizar la economía local a través de la emprendimiento generando fuentes de trabajo, incrementando ingreso y la seguridad alimentaria de familias y generando opciones reales para disminuir la migración.

Hallazgos de la sistematización

Se tomaron en cuenta tres aspectos para la documentación:

  • el ámbito productivo,
  • el aspecto económico
  • el entorno político.

A pesar de ser organizaciones heterogéneas, hay algunas prácticas que han demostrado tener en común. Se pueden mencionar como ejemplo a la tecnificación de los procesos productivos, el fortalecimiento de las capacidades (organizacionales, empresariales y técnicas), generación de alianzas estratégicas, la incursión a nuevos mercados y la implementación de programas de crédito para la producción, transformación y el comercio.

Se destaca como uno de los ejes transversales determinantes para las cuatro organizaciones la participación de las mujeres en el plano empresarial y en la economía familiar. El empoderamiento de las mujeres asociadas se manifiesta en su participación en instancias de la toma de decisión, tales como comisiones y juntas directivas, aunque se reconoce que requiere mayores esfuerzos para aumentar su incidencia activa.

Las organizaciones también desarrollan estrategias para la gestión territorial, lo cual incluye adaptación y mitigación al cambio climático, el fomento de áreas protegidas y el manejo sostenible de bosques y fincas. Otros aspectos claves son la organización comunitaria e incidencia política a través de redes y alianzas para el desarrollo e impulso de políticas públicas municipales y la planificación y gestión integral.

Los desafíos principales destacados por las organizaciones son el cambio climático, desastres naturales y plagas que afectan en forma directa los cultivos. En cuanto a aspectos económicos y políticos, los cuellos de botella y distorsiones en el mercado (por ejemplo monopolios y la competencia desleal), precios inestables en el mercado internacional, delincuencia, conflictos e inestabilidad política son otros factores que impactan negativamente.

El estudio demuestra que no existe una sola receta o modelo para el desarrollo rural productivo. Cada organización en su contexto ha desarrollado su propio modelo. Por su historia, por la cobertura empresarial alcanzada, habilidades superiores de gestión y organización y por la habilidad y sagacidad demostrada en el manejo del contexto económico y político, se puede considerar las cuatro organizaciones de productores estudiadas como exitosas.

Las organizaciones proveen en el territorio un escenario favorable para la gobernanza, la participación ciudadana, la equidad y la conservación de los recursos naturales estratégicos como los bosques y el agua.

[1]Cuatro organizaciones productoras de Huehuetenango, El Quiché, Alta Verapaz y Sololá agrupan a más de 73,348 familias campesinas, aproximadamente 440 mil personas, 41 cooperativas y 26 asociaciones afiliadas.